lunes, 10 de septiembre de 2007

A vos no te va tan mal... gordito!!!!

Marcelo Palacios goza de un privilegio que, ni siquiera posee su colega Martín Liberman: es odiado por todos aquellos que lo conocen o lo vieron alguna vez. El rechazo se da tanto dentro como fuera del ambiente futbolísitico. Los insultos hacia su persona desbordan los foros de internet al igual que sus rollos cualquier tipo de indumentaria. A modo de ejemplo citaremos el de "pelota de playa" y el de "cementerio de canelones" como los más suaves.
La trayectoria de este hombre de 40 años es dilatada. Si bien hoy en día es uno de los pilares del prestigioso programa Estudio Fútbol, (más conocido como "Las panzas en Offside") su camino a la gloria estuvo signado por varios escollos que MP (como lo apodó Alejandro Fantino) supo eludir habilmente a base de quiebres de cintura y sacrificios: “Amo esta profesión. Yo resigné cumpleaños de papá, de mamá, ser un peor esposo o novio, porque estaba convencido de lo que quería”, explica Marcelo a la revista Semana. También afirma que empezó bien de abajo, cubriendo partidos de fútbol de Primera D y luego tuvo un paso por Radio Colonia y luego trabajó para una audición de Velez. Posteriormente su carrera creció y pasó a realizar notas en el campo de juego cubriendo la campaña de Boca para Radio Mitre. Sin embargo, para suerte de él, pocos recuerdan su paso por el equipo desafío (hacia 1995), en el que también hacía campo de juego pero siguiendo a... San Lorenzo. Allí inauguraría su estilo que entremezcla la frontalidad amarillista, la polémica repleta de chicanas y la soberbia intolerante y excenta de autocrítica. En el Equipo Desafío, se burlaba incluso del que -según confiesa- sería el club de sus amores: Boca. Parece que Marcelito es hincha del verdolaga pero no de Ferro, precisamente. Su salto a la fama y al estrellato lo dio con Mar de Fondo, el programa emitido por TyC (Transas y Curros) a la medianoche, donde compartía cartelera con Alejandro Fantino y Gastón Recondo. Este circo con reidores nació como un magazine deportivo pero devino rápidamente en un programa humorístico. La idea central consistía en que Fantino, ridiculizara constantemente a sus 2 laderos, basado en todo tipo de humillaciones y apoyado por las carcajadas de los reidores. No se sabe por qué se dejó de emitir. Según fuentes cercanas, se habría producido una pelea cuasi conyugal entre Recondo y Fantino que, desde ese momento, dejaron de hablarse. Pero Marcelo es un muchacho con convicciones, que no se encandiló con el éxito y que conserva la esencia del tipo de barrio: "Soy un tipo común, que antes vivía en una calle de tierra, que hoy vive en una avenida en Capital, pero que no se quiere alejar de la calle de tierra. Me gusta ir a los lugares que va la gente. No le tengo miedo, por eso hay días que dejo mi camioneta estacionada y me tomo el tren para darme cuenta como viaja la gente". Hay versiones maliciosas que afirman que en una de esas incursiones habría quedado atrapado en un camión jaula junto a Bonadeo con destino a un frigorífico de Mataderos y que sólo el DNI les permitió seguir vivos. Por ello, ultimamente Palacios prefiere quedarse en su camioneta. "Tengo una impronta propia, pero igual todavía me da vergüenza cuando algún pibe me dice que se quiere parecer a mi", afirma Palacios. Y claro... ¿quien no tendría vergüenza de ser alguien que representa el arquetipo del grasa?, sostienen algunas de las crueles voces disidentes. Sus detractores también sostienen, que la pelota sobre la que apoya su generosa humanidad, sería una réplica suya obsequiada por un fanático. Finalmente queremos mencionar las virtudes de Palacios. Además de ser amigo de Maradona (al que debe haber estafado de lo lindo) y muchos jugadores más... eh... tiene una alta autoestima: "Soy respetado en el ambiente porque siempre fui igual. No chapeo por estar en un lugar de privilegio o en una empresa importante. La diferencia se marca por la calidad de tu laburo y no por una credencial", asegura. Tenés toda la razón Marcelito tu trabajo es de calidad extra brut...a.

Quiero agradecer la participación especial de mi amigo Lionel Hutz.

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