miércoles, 22 de agosto de 2007

¿Y ahora que invento...?

Luego de la derrota ante Noruega en tierras escandinavas, Alfio Basile está buscando nuevas excusas. El periodismo complaciente y perteneciente al monopolio -léase TyC- continúa escribiéndole algunos libretos. Sus voceros más eficaces, Alejandro Fabbri y Horacio Pagani, se rompen la cabeza intentando hallar nuevas excusas que saquen al Coco del mal trago (bueno... sacar al Coco del trago es casi imposible) de enfrentar una nueva derrota. En esta ocasión deberán esmerarse porque el rival es flojito y la actuación en el primer tiempo fue bastante pobre.
45 minutos tardó el Coco en darse cuenta de que Messi no es enganche. Lamentablemente, no advirtió que Diego Milito no tiene nivel para vestir la camiseta de la selección. Tampoco notó que las diferencias entre el nivel del fútbol local y el internacional son ostensibles, solo hay que verificar el rubro arqueros para constatarlo.
Por otra parte, lo más preocupante fue la actuación defensiva. La última línea sigue sin mostrar solidez. El ingreso de nuevos jugadores, el cambio de posiciones y el retiro de Ayala sólo son variables que no alteran una constante: la defensa es un flan. Vulnerable -por arriba y abajo-, descolocada en la mayoría de las ocasiones, perdida en la marca del único rival peligroso (Carew, autor de los 2 goles y el único jugador de cartel junto a Riise). No está de más agregar la alarmante escasez de recursos para salir jugando desde el fondo y el paupérrimo nivel de Burdisso y Gabriel Milito.
A estas horas ya pululan las excusas y los atenuantes. "No hay que preocuparse, es solo una prueba", minimizó Pagani, que además agregó: "Está viendo jugadores nuevos". Basile sólo renovó el equipo con Ustari (responsable en el segundo gol), Ezequiel Garay (flojo) y Lavezzi (le tuvo un tiempo de paciencia). El resto son jugadores que ya se venían desempeñando en el equipo, incluso en la Copa América. Esto tira por tierra la remanida excusa de que no hubo tiempo para que el equipo se conociera, puesto que el gol fue producto de una ingeniosa jugada preparada, bien aprovechada por Maxi Rodríguez.
El último cuarto de hora fue lo único rescatable de esta excursión por Oslo. En ella se vio un empuje neto del equipo argentino que acorraló a los noruegos en los últimos metros. También es cierto que los locales, se retrasaron especulando con la ventaja obtenida y evitando gastar las últimas energías. Pero no alcanzó. La tónica permanente de este equipo que, potenciado por el periodismo del monopolio, siempre amenaza con hazañas grandes y debe conformarse con humildes premios consuelo... o menos aún.
Por ello, desde este blog, aportamos nuestro humilde granito de arena y ofrecemos este discreto disfraz para que el Coco pase inadvertido por Ezeiza.

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